viernes, 22 de febrero de 2013

VENDAJE FUNCIONAL DE TOBILLO

            Después de mi reflexión anterior, he tenido la suerte de tener la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos. Es decir, yo me basaba en que para ser profesional en tu trabajo con enfermera en el área de traumatología, era necesario conocer más anatomía y patología, además de técnicas de inmovilizaciones. Así que la oportunidad se dio cuando se requería colocar un vendaje con venda elástica autoadhesiva (Tensoplást) un paciente con un esguince de 2º Grado en el pie izquierdo.
            Hasta aquí bien. Antes de enfrentarme al vendaje recordé lo que implicaba un esguince, las lesiones anatómicas de uno de 2º grado (microrroturas) y las recomendaciones generales para una inmovilización del tobillo.  Pero aún me faltaba un dato importante para concretar: cuál había sido el ligamento afectado. Parece que es algo irrelevante, pero si en el fondo queremos dejar de ser enfermeros mediocres y hacer un vendaje funcional en condiciones, este dato es muy importante. En este caso concreto se trataba de una lesión en el ligamento lateral, es decir el externo.

            Comenzaré describiendo todas mis intervenciones durante el procedimiento, hasta llegar al punto concreto en que el dato del ligamento afectado cobra importancia.
  •  Lo primero y ante todo es asegurar la comodidad del paciente y la mía propia. Muchas veces he visto a enfermeras agachadas durante todo lo que dura el vendaje. Y eso, una vez tras otra y un día tras otro, creo que al final acarrea graves problemas en la espalda. Pienso que no debemos subestimar nuestra seguridad y salud para asegurar la de otros, creo que ambas son compatibles. Para este caso en concreto coloqué al paciente en sedestación en una camilla que elevé al máximo, con ambas piernas colgando por un lateral. Yo me situé sentada en una silla al frente de los pies del paciente.
  • Procedí después a colocarme el material suficiente y necesario de forma que tuviera fácil acceso: 
    • 2 rollos de vendas autoadhesivas
    • Tijeras con punta roma para vendajes
  • El paciente ya estaba informado, pero aun así le conté el procedimiento, cómo lo llevaría a cabo. Además me aseguré de constatar el ligamento dañado, ya que al paciente le duele cuando gira el tobillo en dirección contralateral (hacia dentro). Después le dí indicaciones sobre la postura que debía mantener mientras realizaba el vendaje.
  • Una vez el paciente estaba cómodo, y con el tobillo en posición (dorsiflexión de 90º), comencé a vendar justo por debajo del inicio de los dedos (permitiendo la movilidad de estos). Di una primera vuelta completa para fijar el vendaje, sin apenas compresión.
  • Comencé en el empeine siguiendo dirección lateral, después planta del pie y terminando medial. 
  • Seguí vendando el pie, ahora de forma más compresiva. Realizando vendaje en 8 al llegar a la flexura, asegurando cubrir el talón. En este paso hay que preservar muy bien la posición anatómica anteriormente descrita, y realizar una compresión firme y mantenida.
  • Después se continua vendando, yo lo hice en espiral, siguiendo la linea media señalada en el vendaje. Se llega hasta 3-4 cm por debajo del hueco poplíteo, para no incomodar la movilidad de la articulación de la rodilla
  • Se cierra el vendaje con una vuelta circular no compresiva.
  • Ahora llega el punto importante en el que cobra especial relevancia la localización exacta de la lesión. Hay que realizar vendaje de refuerzo para asegurar la correcta recuperación del paciente. Recordemos que la lesión se halla en el ligamento externo o lateral. Para afianzar este vendaje en esta lesión se colocan tiras de vendaje autoadhesivo.
  • Comenzamos en el final del vendaje (próxima a la rodilla) del lado contralateral a la lesión, es decir, el interno. Colocamos el principio de la venda y realizando un leve tiraje, la pasamos por el talón, y la subimos hasta el final del vendaje del otro lado.  Este proceso se puede realizar 2 o 3 veces, y siempre afianzando, mediante una vuelta no compresiva, los principios y finales del refuerzo (casi a la altura del hueco popliteo). Hay que pegar la venda a la pierna a medida que se tira de ella, para así no dejar ni arrugas ni huecos.
  • De esta forma fijamos aún más el tobillo, y lo desplazamos ligeramente hacia el lado de la lesión, aproximando y destensando el ligamento dañado.
  • Está claro que si el ligamento dañado fuera el medial o interior, la dirección de los refuerzos sería la contraria. Por lo que, una vez que te has esforzado en conocer las indicaciones para uno, te sirve también para el otro.
  • Por último me aseguré de que el paciente no percibiera el vendaje como muy compresivo. Le di recomendaciones para reconocer signos de alerta en el miembro vendado (frialdad distal, parestesias, palidez u otra coloración anormal). Y en principio le recomendé aflojarse el vendaje en su lado más distal. Además de acudir a su centro de salud en caso de que no recuperara el estado habitual con el aflojamiento.
  • También le recomendé mantener la pierna en alto siempre que le fuera posible (para favorecer el retorno venoso) y seguir al pie de la letra las recomendaciones dadas por el médico.

            Existen muchas variantes de técnicas para realizar estos refuerzos, así como el orden en que se aplican estos. En general, yo creo que este vendaje cumple con todos los requisitos de una inmovilización básica, y además va más allá, teniendo en cuenta la anatomopatología de la lesión para su recuperación.
            Estoy segura de que una persona más experta es capaz de tener mucho más criterio en cuanto a la adecuación de cada vendaje y de los refuerzos. Pero creo que es esencial partir de una base, y que esa sea contar con el mayor conocimiento posible para ser un buen profesional. No hay que escatimar en conocimientos.
            Investigando me encontré con un vídeo que me ha resultado de mucha ayuda. Me ha gustado la técnica que utiliza para asegurar la posición anatómica del tobillo, además de descubrirme otro tipo de refuerzo para la misma lesión.

            Por último quiero recordar que, este mismo cambio más profesional, que se produce en un vendaje de tobillo dependiendo de la lesión, se puede dar en cualquier otro vendaje de muy diversas zonas del cuerpo. Por lo que recalco la importancia de conocer la lesión, su afectación, localización y tratamiento más adecuado.


  • Caballero Lopez JE, Risco Guerrero MA. Atencion enfermera al paciente con esguince de tobillo. Metas de Enferm jul/ago 2008; 11(6): 14-18
  • Rodriguez A. Vendaje funcional del tobillo. Metas de Enfermeria dic 2004/ene 2005; 7(10): 08-12
  • Fernández Martos BF. Manual de vendajes [manual en internet*]. 1ª ed. Alicante: Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana; [acceso 22 Febrero 2013]. Disponible en: www.bibliotecadigitalcecova.com/contenido/revistas/cat7/pdf/manual_4.pdf

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