jueves, 21 de febrero de 2013

TRAUMATOLOGÍA

            Ya estoy en la última semana de mi rotatorio por la urgencia del Hospital de Alcorcón, y la especialidad que me toca es traumatología. Desde un principio ya reconocía que no soy lo que se dice una experta en vendajes, inmovilizaciones y demás. Conozco algunas pinceladas generales y teóricas sobre inmovilizaciones, sus recomendaciones, la indicación de cada tipo de vendaje, etc. También es verdad que he visto realizar unos cuantos vendajes de todo tipo a lo largo de mis prácticas. Pero así y todo, sigo sin considerarme lo suficientemente preparada como para realizar vendajes sin supervisión, sobre todo temo que se me olvide algún aspecto importante de las inmovilizaciones o de las recomendaciones que hay que dar a los pacientes.
            Así que empecé con esos temores la semana de traumatología. Y por supuesto me di cuenta de lo tonta que había sido. Me preocupé de no saber las técnicas de vendaje, las recomendaciones generales, etc. y ni por un momento se me ocurrió pensar en que la anatomofisiología y la patología tuvieran relevancia. Quiero decir, mis conocimientos se limitaban a algo tan básico sobre las inmovilizaciones, que hasta que no me ví en el área de trauma, no me di cuenta de lo importante que era la anatomopatología de la lesión a la hora de realizar el vendaje.
            Ese es un error que espero no volver a cometer nunca. El pensar que la función de enfermería se limitaba a aplicar la recomendación de vendaje e inmovilización que el médico pautaba para la lesión del paciente. Quiero decir, imagino que hay gente que sigue ese tipo de esquema de enfermería, pero creo que con eso sólo se conseguiría ser un enfermero mediocre, en lugar de uno profesional. He descubierto que en la realidad, si buscas todo la recuperación posible del paciente, lo ideal es ser una enfermera profesional que conozca las lesiones y las mejores recomendaciones para cada una.
            Es por eso que una vez en casa, además de avergonzarme por mi error, me propuse corregir mi desconocimiento para, por lo menos, saber de forma teórica algo más sobre la mejor forma de realizar la función de enfermería traumatológica. Y me parece que eso es algo que deberían hacer más a menudo las enfermeras, porque muchas veces nos olvidamos de que nosotras también tenemos la obligación de conocer la lesión del paciente y de actuar en consecuencia. No siempre debemos seguir lo más básico de la recomendación del médico, si no también conocer el qué, el porqué y el cómo. Es decir, nuestra competencia no es diagnosticar la lesión del paciente. Pero nuestra función es ayudar a reparala,  y ya que lo hacemos, es nuestra obligación procurar hacerlo bien, aunque para ello tengamos que refrescar todas nuestras clases de anatomía de la universidad.
             Voy a comenzar recordando en que consiste exactamente un trauma: se trata de una lesión o herida física provocada por una fuerza o violencia externas, aunque también pueden ser autoinflingidas. Sus causas principales son los accidentes de tráfico, las caídas, las quemaduras, las heridas por arma de fuego y la asfixia. Una vez que tenemos esto en cuenta, creo que debemos ser capaces de diferenciar entre las lesiones traumatológicas y las que no lo son.
            Las lesiones por trauma más comunes de la urgencia (o al menos de las que yo he visto) son las siguientes:

  • Esguince: Se trata del traumatismo en los ligamentos que produce dolor y discapacidad variable según el grado de lesión de los ligamentos. En el esguince grave, los ligamentos pueden resultar desgarrados por completo. Se clasifica en tres grados de menor a mayor lesión. En concreto el de tobillo supone cerca del 12% de las lesiones de trauma atendidas en las urgencias.

  • Luxación: es la pérdida de contacto de las superficies de los huesos que forman una articulación. Existen también las subluxaciones, en las que parte de las superficies articulares permanecen en contacto. La inmensa mayoría de las luxaciones son consecuencia de un traumatismo, lo que implica que lleven asociadas lesiones de la estructura periarticular y de soporte. La luxación más común es la del hombro, y en concreto la luxación anterior (cabeza humeral por delante de la cavidad glenoidea), y suele estar provocada tras una caída en la que se produce una rotación externa del hombro sobre una posición fija de la mano. 

  • Fractura: consiste en la pérdida de solución de continuidad de un hueso cuando se le ha aplicado una tensión, sobrepasando la capacidad de carga de éste. Puede producirse directamente por el traumatismo, o indirectamente a causa de éste (cizallamiento, torsión, etc.). La lesión se clasifica en base a muchos aspectos, entre ellos el grado de compromiso óseo, la dirección del rasgo, la desviación de los fragmentos, etc. Una fractura muy común y muy conocida es la de cadera, en la cual podemos encontrar un acortamiento y una rotación externa del miembro afectado.

            Después de esta revisión de las lesiones más comunes, hay que aclarar que, evidentemente, la recuperación de estas lesiones ha de hacerse mediante inmovilización del miembro manteniendo la postura anatómica. Para acordarnos de cual es la posición anatómica he aquí algunos ejemplos:


  • Rodilla: cuando se pretenda inmovilizar la rodilla, ésta deberá estar en un ángulo de unos 30º.
  • Tobillo: en el caso de vendajes en esta zona, el tobillo tendrá que mantener un ángulo de 90º, procurando al máximo la tensión.
  • Muñeca: en esos vendajes la muñeca ha de estar en una flexión dorsal de 30º con los dedos en una forma similar a la de sujetar un vaso.
  • Codo: si el objetivo es inmovilizar el codo, éste habrá de estar en una flexión de 90º.

           Es muy importante acordarse de estas posiciones, ya que si se inmoviliza un miembro en otra postura que no sea la anatómica es muy probable que la lesión no cure, o que lo haga pero de manera incorrecta. Ocasionando así un aumento en la duración de la recuperación, y, posiblemente, una lesión irrecuperable.
            Pero también tenemos que recordar que existen ciertas lesiones que no se inmovilizan respetando la posición anatómica, para asegurar la recuperación. Estas lesiones son:
  • Tendón de Aquiles o el Gemelo: Cuando existe una lesión a este nivel, se inmoviliza la articulación con el pie en posición de Equino (máxima flexión plantar), para así respetar la forma natural de estas zonas anatómicas.
  • Rótula: cuando existe una lesión en la rótula, se inmoviliza con la articulación en extensión para así evitar el roce entre articulación y rótula y evitar también la fijación de esta última.
  • Articulación metacarpofalángica: ante este tipo de lesiones, se mantiene la articulación en completa flexión (ángulo de 90º) para mantener fijos los nudillos y que de esta forma sellen mejor.

            Con toda esta teoría creo que ya sabemos un poco más sobre la anatomopatología traumatológica que nos ayuda a guiar nuestra práctica enfermera de la mejor forma posible. Son cosas que creo muy necesarias para recordar a la hora de realizar nuestras funciones en trauma, a menos claro, que una quiera ser una enfermera mediocre. 
           Confío en poder demostrar estos nuevos conocimientos adquiridos en la práctica, y por supuesto, seguiré formándome cuando me encuentre con algún problema. También espero encontrar un buen ejemplo de la diferencia entre vendajes teniendo en cuenta la anatomopatología y no haciéndolo.


  • Arribas Espada JL. Alteraciones traumaticas. En: De la Fuente Ramos M. Enfermeria Medico-Quirurgica. Vol. II. Coleccion Enfermeria S21. 2ª ed. Madrid: Difusion Avances de Enfermeria (DAE); 2009. p. 1118-1137.
  • Asensio González JA, Meneu JC, Moreno EG. Traumatismos: fisiopatología, diagnóstico y tratamiendo. Ed: Fundación MM. Madrid, 2005.
  • Beare PG, Myers JL. Enfermería medicoquirúrgica. 3ªed. Harcourt SA. Madrid, 2000
  • Fernández Martos BF. Manual de vendajes [manual en internet*]. 1ªed. Alicante: Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana; [acceso 21 Febrero 2013]. Disponible en: www.bibliotecadigitalcecova.com/contenido/revistas/cat7/pdf/manual_4.pdf


No hay comentarios:

Publicar un comentario